Un auténtico crítico literario es un detective, y es posible que la fascinación de esta indiscutible actividad no consista en las interpretaciones sofisticadas, sino en el olfato de sabueso que conduce a un cajón, a una biblioteca, al secreto de una vida.
Claudio Magris
¿Quién no ha evocado gracias a un olor muy particular un recuerdo totalmente vívido?
Esto se da gracias a este sentido maravilloso del olfato, que en los seres humanos es el único de tus cinco sentidos que no pasa por un centro de recepción en el cerebro llamado Tálamo, sino que tiene una conexión directa de tu nariz a tu corteza cerebral.
Esto te brinda infinitas posibilidades, imagina enfocarte por tal vez tres minutos de tus días en lo que hueles y de esta manera lograr sensibilizar tu olfato.
Tal vez esto tendría diversas repercusiones en tu vida, en el acto mismo de comprender las intenciones de otros, como el crítico literario o detective, que descubre gracias a esta auténtica búsqueda de la verdad, reconocer desde donde es iniciada una acción.
Nutrirte desde el sentido del olfato radica en estar más atento a los diferentes olores que llegan a tu nariz, detectando las impresiones que dejan estos en ti, y reconociendo su origen.
Ahora ve a un parque y percibe el olor del pasto, de la tierra húmeda, el olor del mar, el aroma de un rosal o cualquier otro olor que llegue a ti. Deléitate reconociéndolos y permítete observar lo que estos olores causan en ti y que sensaciones llevan a tu vida.
Tal vez estos olores te evoquen algún recuerdo en particular, o tal vez ancles en ti un aroma en una situación especial y alegre que puedas revivirla en otro momento, haciendo de este otro momento, un momento igualmente vívido y especial como el primero.
Escrito por: Jeannette Romero