El malestar emocional tiene gran impacto en nuestro cuerpo debido a que somos una unidad. Cada situación, pensamiento, emoción, acción, por negativa o positiva que sea, acarrea una respuesta fisiológica. Por el contrario, un dolor en alguna parte del cuerpo puede también conllevar a malestar emocional. Por ejemplo: si te golpeas la esquina del dedo meñique de la mano izquierda, todo tu cuerpo lo sentirá, y también tu mente y tus emociones, incluso podrás sentirte furioso y pensar en lo desdichado que eres.
Las emociones se encuentran directamente relacionadas con la manera en que interpretamos la realidad que vivimos. Por ejemplo: Para alguien que le llegue mucho trabajo puede ser motivo de júbilo y celebración, mientras que para otro puede ser sinónimo de cansancio, tensión o angustia. En últimas dependerá de si para cada uno una situación es estresante o no. Entonces las emociones son una manifestación de algo que nos ocurre internamente a nivel mental. Como en el ejemplo anterior, pensar que la cantidad de trabajo va a acarrear mayor responsabilidad, emocionalmente siente angustia y se manifiesta físicamente como cansancio y tensión muscular.
Impacta nuestra salud si mantenemos un malestar emocional por tiempo indefinido, y por ende los bioquímicos generados por ese malestar. Así que los malestares emocionales se presentan como una manera de enfrentar algo que ha causado a nuestro sistema de creencias un movimiento de no aceptación. Digo a nuestro sistema de creencias por lo que ante una misma situación, puede alguien sentirse estresado, enojado, alegre, tranquilo, o nada. Por ejemplo: para alguien que ha discutido con su jefe, esta situación puede ser traumática. Para otro, puede sentirse muy contento porque por fin pudo expresar algo que no había podido en mucho tiempo. Para otro puede representar solo una discusión más sin que esto perturbe para nada su vida o su emocionalidad.
Abrazos
Escrito por: Jeannette Romero – Terapeuta Holística Bogota